Mi vecina Julia
Ayer, a las 8.30 de la mañana, nació una niña llamada Julia después de 39 semanas de gestación, de pelo claro y ojos oscuros. Dicen que se parece a la madre, pero la abuela confía en que es en su primogénito. No se puede poner nada en duda a una abuela radiante de felicidad. La madre de la criatura no tuvo problemas en el parto a pesar de que era primeriza, dando a luz a las 4 horas de entrar en el paritorio. Desde aquí quiero felicitar a la familia, y a nosotros, por brindarnos una alegría en forma de nueva vecina, la cual espero que algún día se cuestione, al igual que yo, por qué existen aún diferencias sociales tanto en la sociedad como en los medios. Mientras, un niño no debería tener ideologías ni posturas políticas, sólo hay que enseñarle los valores de tolerancia y respeto, que últimamente estamos falto de todo eso. Un bebé es quizás la persona más humana que pueda existir, porque no conoce aún la mezquindad que produce el dinero a escala mundial, en eso irán destinados los primeros anuncios televisivos que vean alentando a los niños a pedir objetos materiales a sus papás. Algunos incluso no llegan ni a conocer el consumismo, ya que no tienen la "suerte" de nacer en la "civilización occidental" (léanse las palabras entrecomilladas con síntomas de ironía). Suerte tienen algunos por "espíritu divino" tener la vida solucionada desde pequeño y que el pueblo mundano pueda contemplarlo como una hazaña. No sólo nacen niños en la Clínica Rúber Internacional.
-DaNieL-
"Yo quiero ser rey..."
(La Polla, "Envidia cochina")
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